Alcalá del Júcar es uno de los destinos más sorprendentes de Castilla-La Mancha, enclavado en un cañón natural esculpido por el río Júcar. Su castillo árabe en lo alto, las casas excavadas en la roca, el puente histórico y la iglesia de San Andrés forman una postal inolvidable que combina historia y belleza natural. Pasear por sus calles es como viajar en el tiempo, entre muros de piedra y cuevas habitadas.
Además, su entorno ofrece un sinfín de rutas de senderismo para todos los niveles, que permiten descubrir paisajes fluviales, miradores naturales y espacios de gran valor ecológico. Alcalá del Júcar no solo se visita: se explora paso a paso. Un lugar ideal para quienes buscan cultura, naturaleza y desconexión en un solo viaje.